Es un placer para mí amiga mía, este regalo de amistad. Te deseo una feliz salida y entrada de año en compañía de todos los tuyos, así como a todos aquellos seguidores y seguidoras, amigos de verdad a los que quiero y deseo lo mejor en este año que ya está llamando a las puertas.
Me siento muy feliz de tener tantos amigos. Un abrazo muy grande para todos.
Feliz año 2.011.
Que os traiga todo aquello que se quedó en el tintero en este 2.010.
Siento no poder visitaros y comentar en vuestros blogs, pero estoy sin Internet. Tan solo puedo conectarme a ratos y no siempre cuando yo quisiera.
Hay veces sin saber el porqué, que le invade a uno la nostalgia y te encuentras triste. Así he amanecido hoy. En estos casos busco remedio en la poesía... que tal vez no sea un consuelo, pero te llena de tranquilidad el alma. Y hoy encontré esa paz y esa tranquilidad en este poema de Flora Delmis y os lo traigo para que lo leáis.
Hace ya bastantes días que Sor Cecilia, del blog "Estoy a tú lado" me dijo que pasara a recoger estos regalos pero la verdad es que por causas ajenas esta vez al ordenador, al blog y a todo esto que pueda ocurrir en la red, no he podido pasar a por ellos. Aquí los he traido y os los ofrezco a cualquiera que desee llevarlos a su blog.
En mí libro "Antología Poética Universal" en su página 425 encontré dos poema de Elvira Lascarro Mendoza. He intentado hallar en internet algo sobre ella, y la verdad es que hay referencias a sus poemas y a su libro, pero nada sobre una biografía de ella, tan solo que nació en Bogotá en 1930 y murio allí en 1950. Os dejo hoy sus dos poemas, que nos hablan sobre ella más que cualquier biografía.
"Pusiste alma de roble...
...en cuerpo de clavel".
Las fotos son de la red.
Nubes, velas, gaviotas...
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¡Como envidio las roca que desafía los vientos!
Como envidio la roca que desafía al mar,
que soporta tormentas, sin dolor ni lamentos,
y que pasa los años sin sufrir ni pensar.
Nubes, velas, gaviotas... marineros de cuentos
y, en las noches oscuras, las olas sollozar.
Como envidio la estrella de radiosos destellos,
como envidio la estrella con su eterno existir,
porque falta que alumbren mí camino tus ojos
y elevar cada día a tú amor una prez.
Dame amor. De tú vida curaré los agravios.
Dame luz de tus ojos siquiera sea una vez,
que la luz de tus ojos y el calor de tus labios
una vez yo conozca aunque muera después.
Plegaria
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Aunque mí alma -un desierto sediento de ilusiones-
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899 – Ginebra, 14 de junio de 1986) fue un escritor argentino, uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX. Publicó ensayos breves, cuentos y poemas. Su obra, fundamental en la literatura y en el pensamiento humano, ha sido objeto de minuciosos análisis y de múltiples interpretaciones, trasciende cualquier clasificación y excluye cualquier tipo de dogmatismo.1
Se lo ha presentado como uno de los eruditos más grandes del siglo XX, lo cual no impide que la lectura de sus escritos suscite momentos de viva emoción o de simple distracción. Ontologías fantásticas, genealogías sincrónicas, gramáticas utópicas, geografías novelescas, múltiples historias universales, bestiarios lógicos, silogismos ornitológicos, éticas narrativas, matemáticas imaginarias, thrillers teológicos, nostálgicas geometrías y recuerdos inventados son parte del inmenso paisaje que las obras de Borges ofrece tanto a los estudiosos como al lector casual. Y sobre todas las cosas, la filosofía, concebida como perplejidad, el pensamiento como conjetura, y la poesía, la forma suprema de la racionalidad. Siendo un literato puro pero, paradójicamente, preferido por los semióticos, matemáticos, filólogos, filósofos y mitólogos, Borges ofrece -a través de la perfección de su lenguaje, de sus conocimientos, del universalismo de sus ideas, de la originalidad de sus ficciones y de la belleza de su poesía- una obra que hace honor a la lengua española y la mente universal.2
Ciego a los 55 años, personaje polémico, con posturas políticas que le impidieron ganar el Premio Nobel de Literatura al que fue candidato durante casi treinta años, Borges siempre soñó con que la posteridad le perdonara sus errores y le concediera la gloria de que se lo recordase por sus mejores textos.
«Que un individuo quiera despertar en otro individuo recuerdos que no pertenecieron más que a un tercero, es una paradoja evidente. Ejecutar con despreocupación esa paradoja, es la inocente voluntad de toda biografía.» J.L.Borges.
Lucila Godoy, llamada Gabriela Mistral (conocida mejor como Gabriela Mistral), escritora chilena. Hija de un maestro rural, que abandonó el hogar a los tres años del nacimiento de Gabriela, la muchacha tuvo una niñez difícil en uno de los parajes más desolados de Chile. A los 15 años publicó sus primeros versos en la prensa local, y empezó a estudiar para maestra. En 1906 se enamoró de un modesto empleado de ferrocarriles, Romelio Ureta, que, por causas desconocidas, se suicidó al poco tiempo; de la enorme impresión que le causó aquella pérdida surgieron sus primeros versos importantes. En 1910 obtuvo el título de maestra en Santiago, y cuatro años después se produjo su consagración poética en los juegos florales de la capital de Chile; los versos ganadores- Los sonetos de la muerte- pertenecen a su libro Desolación (1922), que publicaría el instituto de las Españas de Nueva York. En 1925 dejó la enseñanza, y, tras actuar como representante de Chile en el Instituto de cooperación intelectual de la S.D.N., fue cónsul en Nápoles y en Lisboa. Vuelta a su patria colaboró decisivamente en la campaña electoral del Frente popular (1938), que llevó a la presidencia de la república a su amigo de juventud P. Aguirre Cerda. En 1945 recibió el premio Nobel de literatura; viajó por todo el mundo, y en 1951 recogió en su país el premio nacional.
En 1953 se le nombra Cónsul de Chile en Nueva York. Participa en la Asamblea de Las Naciones Unidas representando a Chile. En 1954 regresa a Chile y se le tributa un homenaje oficial. Regresa a los Estados Unidos.
El Gobierno de Chile le acuerda en 1956 una pensión especial por la Ley que se promulga en el mes de noviembre.
En1957, después de una larga enfermedad, muere el 10 de enero, en el Hospital General de Hempstead, en Nueva York. Sus restos reciben el homenaje del pueblo chileno, declarándose tres días de duelo oficial. Los funerales constituyen una apoteosis. Se le rinden homenajes en todo el Continente y en la mayoría de los países del mundo.
La obra poética de Gabriela Mistral surge del modernismo, más concretamente de Amado Nervo, aunque también se aprecia la influencia de Frédéric Mistral (de quién tomó el seudónimo) y el recuerdo del estilo de la Biblia. De algunos momentos de Rubén Darío tomó, sin duda, la principal de sus características: la ausencia de retórica y el gusto por el lenguaje coloquial. A pesar de sus imágenes violentas y su gusto por los símbolos, fue, sin embargo, absolutamente refractaria a la "poesía pura", y, ya en 1945, rechazó un prólogo de P. Valéry a la versión francesa de sus versos. Sus temas predilectos fueron: la maternidad, el amor, la comunión con la naturaleza americana, la muerte como destino, y, por encima de todos, un extraño panteísmo religioso, que, no obstante, persiste en la utilización de las referencias concretas al cristianismo. Al citado Desolación siguieron los libros Lecturas para mujeres destinadas a la enseñanza del lenguaje (1924); Ternura (1924), canciones para niños; Tala (1938); Poemas de las madres (1950), y Lagar (1954). Póstumamente se recogieron su Epistolario (1957) y sus Recados contando a Chile (1957), originales prosas periodísticas, dispersas en publicaciones desde 1925.
Hola a todos cuantos me seguís. Ya estoy de vuelta y quiero empezar el "nuevo curso" con un soneto de nuestro gran Dámaso Alonso. Espero lo disfrutéis.
La foto es de la red.
Hermanos
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Hermanos, los que estáis en lejanía
tras las aguas inmensas, los cercanos
de mí España natal, todos hermanos
porque habláis esta lengua que es la mía:
Yo digo "amor", yo digo "madre mía",
y atravesando mares, sierras, llanos,
-¡oh gozo!- con sonidos castellanos,
os llega un dulce efluvio de poesía.
Yo exclamo "amigo", y en el Nuevo Mundo,
"amigo" dice el eco, desde donde
cruza todo el Pacífico y aún suena.
Yo digo "Dios", y hay un clamor profundo;
y "Dios" en español, todo responde,
y "Dios", solo "Dios", "Dios", el mundo llena.
Dámaso Alonso nació en Madrid un tres de Octubre de 1898 y fallecio también en Madrid el 25 de Enero de 1990
(Un peregrino que visitó al Cristo de la Victoria hace 86 Años y dejo reflejado en un bello poema lo que su pecho sintió al ver la impresionante talla) .
Amigos, me voy hasta Septiembre. Intentaré pasar de vez en cuando a visitaros y dejaros algún comentario. Un abrazo y que sepais que os echaré de menos.
Como me hacía falta una hermosa novia, me he traido esta del blog de mí buena amiga Miuíka. Gracias amiga mía.
Un tal Ricardo Sepúlveda, pide consejo a su amigo Teodoro Guerrero sobre una cuestión muy delicada: El matrimonio. Vamos a leer estos poemas que se editaron en un libro escrito creo que por Teodoro Guerrero, puesto que no hay más nombre de autor que este, publicado en 1873 y titulado:
En la próxima entrada os dejaré que leáis la respuesta de su amigo Guerrero. Es un libro muy bonito, en el que intervienen distintos personajes, grandes poetas de la época, unos aconsejando el matrimonio y otros desaconsejándolo. Espero que lo disfruteis.
Hoy traigo a José Maria Gabriel y Galán. Esta poesía es la última que escribio el autor, pocos días después de la muerte de su padre y pocos también antes de la suya propia.
Canción
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No piense nunca el lloroso
que este cantar dolorido
es un capricho tejido
por la musa de un dichoso.
No piense que es armonioso
juego de un estro liviano;
piense que yo no profano
ni con mentiras sonoras
las penas desgarradoras
del corazón de un hermano.
Una canción de dolores
me piden mis padeceres
tal como ayer mis quereres
pidieron cantos de amores;
que así como son mayores
si se cantan los contentos,
así los tristes acentos
de las trovas doloridas,
si no curan las heridas
amansan los sufrimientos.
Mis penas son tan vulgares
como esas espinas duras
que erizan las espesuras
de todos los espinares.
Más hondas son que los mares...
Más hondas y más sombrías
que un horizonte sin días,
pues no hay abismo tan hondo
como el abismo sin fondo
de unas entrañas vacías.
Dios me las hizo de fuego...
¿Por qué no les dió dureza
si quiso su fortaleza
probar golpe a golpe luego?
¿Por qué enriqueció con riego
de sementera de amores
huerto que sabe dar flores
si luego le manda días
de matadoras sequías
y vientos asoladores?
¡Ay! Al llegar a las puertas
de la tarde de mí vida,
voz de los cielos venida
me ha dicho: "¡Ya están abiertas!
¡Entra y sigue, y no conviertas
la mente a tiempos mejores,
que en vez de aquellos amores
de santidades pristinas,
verás las desiertas ruinas
del solar de tus mayores!"
"¡Mejor es cegar, Dios mío!
¡Mejor es ir paso a paso
cayendo hacia el propio ocaso
solo, con pena y con frío!
Mejor es ir al vacío
que a ruinas y sepulturas!
¡Mejores son las negruras
de la noche más sombría,
que las negruras del día
que son dos veces oscuras!"
Así, loco de dolor,
dije con vil vocecilla...
¡Esto que tengo de arcilla
fue quien lo dijo, Señor!
Por esto que es resplandor
de Tí, venido hasta mí,
cuando tu rayo sentí
bien sabes Tú que te dijo:
"¡Señor! ¡La frente del hijo
tienes rendida ante Tí!"
Con solo llorar mí suerte,
con solo dejar abierta
de tal herida la puerta,
muriera de triste muerte.
Más, hijo yo del Dios fuerte
me he resignado a vivir,
y voy dejándome ir
sobre el polvo de la senda
caminando a media rienda
por el campo del sentir.
Porque si rindo la frente
sobre las manos crispadas,
si hacia las ruinas sagradas
dejo que vaya la mente,
si de mí llanto el torrente
dejo que anegue mí vida,
si abriese más esta herida
que en lumbre de fiebre arde,
viviera como un cobarde,
muriera como un suicida.
¡Quiero vivir! Las dulzuras
de los gozados placeres
con hieles de padeceres
se tornan del todo puras.
Visión de mís desventuras:
¡Yo no te cierro mis ojos!
Camino de los abrojos:
¡yo no me cubro las plantas!
Cruz que mis hombros quebrantas:
¡yo te acepto sin enojos!
¡Quiero vivir! Dios es vida.
¿No veis que en vida convierte
la ancianidad que en la muerte
cayó con dulce caída?
¿No soy yo vida nacida
de vida que a mí se dieran?
Pues vidas que en mí se unieran,
si vivo no han de morir,
¡por eso quiero vivir
porque mis huertos no mueran!
¡Y no morirán conmigo,
que el huerto de mís amores
está rebosando flores
que pinta Dios y yo abrigo!
¡Y atrás el cierzo enemigo
de esas mis viejas canciones,
pues son santos eslabones
de una cadena florida
para corona tejida
del Dios de las creaciones.
¡Quiero vivir! A Dios voy
y a Dios no se va muriendo,
se va al Oriente subiendo
por la breve noche de hoy.
De luz y de sombras soy
y quiero darme a las dos.
¡Quiero dejar de mí en pos
robusta y santa semilla
de esto que tengo de arcilla,
de esto que tengo de Dios!
Este poema ha sido siempre uno de mís preferidos de todos los autores.
Nací en Serradilla, un pueblo de Cáceres (Extremadura) y me siento orgulloso de ser extremeño (sin dejar de ser español).
Soy Acuario. Pienso que las ilusiones tienen que ir paralelas a nuestra vida. Esto quiere decir... ¡que nunca te falte una ilusón!