Portilla de la Garganta

Portilla de la Garganta
Ese pedrusco de la izquierda es el Fraile

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viernes, 26 de febrero de 2010

Píntame angelitos negros


Recuerdo cuando era niño y me preparaba para la primera comunión,

...le pregunté al párroco, Don Ramón

...por qué no había angelitos negros en los cuadros




Píntame angelitos negros
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¡Ah mundo! La negra Juana,
¡la mano que le pasó!
Se le murió su negrito,
si, señor.

-¡Ay compadrito del alma
tan sano que estaba el negro!
Yo no le acataba el pliegue,
yo no le miraba el hueso;
como yo me enflaquecía
lo medía con mí cuerpo,
se me iba poniendo flaco,
como yo me iba poniendo.
Se me murió mí negrito.
Dios lo tendría dispuesto.
Ya lo tendrá colocao
como angelito en el cielo.

Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros.

Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo;
que cuando pintas tus vírgenes
pintas angelitos bellos,
pero unca te acordaste
de pintar un ángel negro.

Pintor nacido en mí tierra
con el pincel extranjero;
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
No hay un pintor que pintara 
angelitos de mí pueblo.
Yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Ángel de buena familia
no basta para mí cielo.

Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mí tierra
con los tonos de mí pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus angelitos blancos,
con sus ángeles morenos, 
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negros,
que vayan comiendo mangos
por las barriadas del cielo.

Si al cielo voy algún día,
tengo que hallarte en el cielo,
angelítico del diablo,
serafín cucurusero.

Si sabes pintar tu tierra,
así has de pintar tu cielo,
con su sol que tuesta blancos,
con su sol que suda negros,
porque para eso lo tienes
calientito y de los buenos.
Aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.

No hay una iglesia de rumbo,
no hay nuna iglesia de pueblo,
donde hayan dejado entrar
al cuadro angelitos negros.
Y entonces... ¿adonde van,
angelitos de mí pueblo
zamuritos de Guaribe,
torditos de Barlovento?

Pintor que pintas tu tierra,
si quieres pintar el cielo,
cuando pintes angelitos
acuérdate de tu pueblo,
y al lado del angel rubio,
y junto al ángel trigueño,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.



...me dijo que: Los niños negros también tienen el alma blanca.
No se... no se...
No he podido encontrar en Internet un cuadro o una figura con un angelito negro.







El poema que hoy os he traido es de Andrés Eloy Blanco.
Es de Venezuela y tiene un repertorio fabuloso. Este poema, que todos conocemos solo un trozo porque era lo que cantaba Antonio Machín es muy bonito. Merece que lo conozcamos entero.

jueves, 25 de febrero de 2010

Cepos y corazones




Cepos y corazones
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A cumplir la pena que gané en mí hombrada
iba liao'e manos con fierro en los pieses,
sobre una carreta quejosa y tumbada,
igual que mí vida, charquiada'e los jueses.
Amparao al ruido de juertes senserros
y en el "¡güeya, güeya! de una tropa en marcha,
con los ñervos duros como cortafierros,
rompí los griyetes pà'ganar la pampa.
Por segunda güelta se me negó el güeso
echando p'abajo lo que m'escasea
y gané la gola pal pobre pescueso...
un sepo "sebao", po ayá en la frontera.
Como los quirquinchos, hise dos'ujeros
afirmé los tacos, me crujió l'isliya;
se simbró mí cuerpo mesmito que asero
y a juersa'e garganta rompí esa goliya.

¡Cansaos'e mis juidas, ande me tomaron
m'echaron la falta con a veintisinco!...
pero en una tarde las rejas flojiaron
al ver patacones sestiando en mí sinto.
Y esto ya se cunclió... estoy sin juersas;
y por mi fatiga, jue qu'en una estansia
hise cabesera en dos trensas negras
y dormí al rescoldo de unos ojos macuas.
Y ansina, con besos, cariños, promesas...
con eso que disen que son cosas falsas,
me amarraron firme como no pudieran
ni griyos, ni sepos, ni rejas, ni guascas.
Sí, amigo. En la vida, tuitas las cadenas
seden a l'astucia, la juerza, o la plata;
el alma'e la prienda que se ama endeveras...
es l'unica cársel de ande no se escapa.





Hoy toca Argentina y el poeta es: Arsenio Cavila Sinclair
Su poesía, ya la habreis visto, para mí es preciosa y muy expresiva.
Del libro Antología Poética Universal.

martes, 23 de febrero de 2010

Cosas de viejo


Esta es la flor del ceibo



Vuelvo a Uruguay. Esta vez de la mano de otro gran poeta: José Alonso y Trelles. Me ha gustado su poesía, me identifico con ella, como si un poeta de nuestra tierra la hubiera escrito. Tiene una dulzura y es tan sencilla, que se te cuela en el corazón sin darte cuenta. Espero que os guste.


Cosas de viejo
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¿Que por qué ando yo ansina como enojao y triste?
¿Pa qué querés saberlo, mí linda flor del ceibo?
Los días del verano, que son pal mozo auroras,
son tardes melancólicas pa los que van pa viejos.
Pa yo poder contarte la historia de mís penas,
tendría que ir despacio pialando mis recuerdos...
Déjalos que el olvido los ate a su palenque,
que yo, pa dir guapiando, ya no preciso de eyos.
Más bien cebá un amargo de los que tú acostumbras
pa despuntar el vicio... pa dir haciendo tiempo...
¡Quie sabe si algún día sin oílo en mis labios
sabrás por qué yo peno!
Pero hoy tuavía es temprano pa que esa cabecita,
que pide pa adornarse la roja flor del ceibo,
comprienda que se puede hayar sobre la almohada
tristezas que nos ahugan en vez de lindos sueños.
Cebá, cebame un mate, que yo, pa entretenerte,
te vi'a contar un cuento
que, aunque es todo él mentira,
tal vez se te haga cierto.
Era como vos, moza, y era como vos linda,
y como vos tenía por ojos dos luceros,
ande se achicharraban de un corazón las alas,
del corazón de un gaucho que se miraba en eyos.
Era un cantor y poeta de esos que en la guitarra
ponen en vez de cuerdas sus delicados nervios
y cantan en sus "décimas" bravuras de los héroes,
y penas de sus "tristes" y amores de sus "cielos".
Eya tuvo al principio, p'al payador amante,
en sus ojos ternura y en su boquita besos...
¡Eran como palomas que van buscando el monte
pa hacer entre los sauces el nido de sus sueños!
Dispués... ¿sabes mi china?... ¡está lindo tú mate!
Mas lindo que mí cuento;
no des güelta a la yerba, seguí cebando,
pa ver si se me apaga la sé que estoy sintiendo...
Dispués... ¡Oígale el duro!
Mirá, sacá esa astiya que está haciendo humareda.
Me yoran ya los ojos... préstame tu pañuelo...





Es hermosa... es cierto. Razón tiene el payador.

lunes, 22 de febrero de 2010

Ejemplo

Imágen de la red: Jilgueros

Imagen de la red: Caballos salvajes de la Patagonia, Argentina



Hoy traigo un poema de Serafín J. García. (uruguayo). Tiene hermosos poemas y como tantos otros de la América latina, a mí me suenan un poco a extremeños por su forma de expresarse y la música que encierran sus versos con sabor a campo, a gente sencilla. Ahí os lo dejo.


Ejemplo
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Venga p'acá, m'hija, no me tenga miedo;
venga, que su tata na va'castigarla
ni va'echarle en cara tampoco lo qu'hiso,
porque sabe cierto que no jue por mala.
Ya basta de yantos, miremé a la cara,
que no es un delito darse por cariño
y sentirse madre no es nunca una falta.
Venga y déame un beso. Su tata compriende
que usté ha cáido, m'hija, lo mesmo que tantas
que, siendo inocentes, humildes y güenas,
s'entriegan enteras, en cuerpo y en alma.
Moso él, usté mosa, los dos juertes, sanos,
yenitos de vida ricién aclarada,
no vido él querencia mejor que sus brasos
ni usté sol más lindo qu'el de sus miradas.
Campiando ese cielo que tuitos campiamos,
yevando'e baquianas a las esperansas,
creyeron hayarlo juntando sus bocas
y  prendieron besos pa que s'estreyara.
Vino la dentrada de la primavera,
lucieron los cardos sus flores moradas,
bordonió el sumbido de los mangangases
y hubo contrapunto de roncas chicharras.
Nació en los yugales un aroma nueva
qu'el viento, travieso,mojó en las cañadas;
rosaos macachines garugó l'aurora
y en los espiniyos colgó el sol sus brasas.
Se oyó en las cuchiyas relinchar los potros
qu'iban retosando tras de la yeguada;
y olfatiando el aire, y escarbando el suelo,
con ansia salvaje baló la torada.
Se vido a los pájaros andar en parejas,
juntitos los picos, abiertas las alas,
amostrando a tuitos su amor baruyento,
madurao a cielo, sol desnudo y alba...
Y ustedes sintieron juego en las alterias;
cada beso, entonce'jue com'una brasa,
les hirvió por dentro la juersa'el instinto
y asina cumplieron la ley más sagrada.
No yore, canejo. Si tata Dios hiso
al macho y a la hembra pa que se juntaran
y el cristiano, mesmo que cualquiera bicho,
debe hacer las cosas que tata Dios manda.
No l'importe, m'hija, que el pago mermure
y ensucén su nombre los que la creen mala.
Más piores son esas que matan sus crias
pa poder asina seguir siendo honradas.
Cuando nasca su hijo, que lo sepan tuitos.
Mamará en sus pechos, dormirá en su falda.
Será un cachoro no más, ande quiera,
pues ser madre, m'hija, no es nunca una falta.



Poema del libro Antología Poética Universal