En mí libro "Antología Poética Universal" en su página 425 encontré dos poema de Elvira Lascarro Mendoza. He intentado hallar en internet algo sobre ella, y la verdad es que hay referencias a sus poemas y a su libro, pero nada sobre una biografía de ella, tan solo que nació en Bogotá en 1930 y murio allí en 1950. Os dejo hoy sus dos poemas, que nos hablan sobre ella más que cualquier biografía.
"Pusiste alma de roble...
...en cuerpo de clavel".
Las fotos son de la red.
Nubes, velas, gaviotas...
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¡Como envidio las roca que desafía los vientos!
Como envidio la roca que desafía al mar,
que soporta tormentas, sin dolor ni lamentos,
y que pasa los años sin sufrir ni pensar.
Nubes, velas, gaviotas... marineros de cuentos
y, en las noches oscuras, las olas sollozar.
Como envidio la estrella de radiosos destellos,
como envidio la estrella con su eterno existir,
porque falta que alumbren mí camino tus ojos
y elevar cada día a tú amor una prez.
Dame amor. De tú vida curaré los agravios.
Dame luz de tus ojos siquiera sea una vez,
que la luz de tus ojos y el calor de tus labios
una vez yo conozca aunque muera después.
Plegaria
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Aunque mí alma -un desierto sediento de ilusiones-
no pide su derecho de juventud y amor,
solo te imploro en calma por mís renunciaciones,
deja que corra mansa mí juventud en flor.
Tú me diste dos almas: la una, de diamante,
los golpes de la vida bien puede soportar;
pero me diste otra alma, soñadora y amante,
y de pasión, a veces, me siento desmayar.
Son los años mejores de mi existencia y muero...
-tronchadas ilusiones que pueblan el vergel-.
Juntaste un cuerpo frágil con un alma de acero...
¡pusiste alma de roble en cuerpo de clavel!